"Quijotes de nuestro tiempo".
Por lo general calificar algo de quijotesco es querer decir algo irrealizable, útopico. Si decimos que alguien es un quijote, estamos diciéndole que es un soñador, alquien que vive fuera de la realidad y en este ambiente que nos rodea donde lo pragmatico prima sobre los principios y los valores no es de extrañar que se califique de loco a quien de algún modo vive de manera diferente y con su modo de vivir nos está diciendo que es posible vivir contra la corriente al igual que los peces vivos.
Hoy, sí necesitamos ser nosotros mismos los nuevos quijotes, que luchen no contra los molinos de viento, sino contra el egoismo que nos hace menos solidarios y unos consumistas desenfrenados. Nuevos quijotes que no nos quedemos en la protesta, sino que vayamos a la propuesta de que es posible construir un mundo más fraterno, más humano, rescatando todo lo bueno que tenemos cada uno de nosotros, porque el ser humano tiene más cosas buenas que negativas.