domingo, 21 de diciembre de 2014

                                " Eres demasiado Dios, cómo para tener madre".

No sólo te bastó crearnos por amor, no te limitaste a darnos la vida. Pues, al ver que,   habíamos  extraviado el camino, decidiste enviarnos a tu propio Hijo. Eres demasiado Dios, cómo para tener una Madre. Ella es María, la mujer sencilla y generosa  que aceptó cobijar  en su vientre al Salvador.

Ese es el camino que elegiste  Padre Dios, para que el hombre pudiera retornar a tu presencia: contar  con la participación directa de la misma humanidad a quien representó María. 

María no solo es Madre de tu Hijo, también lo es de toda la humanidad; porque  los planes salvíficos de Dios  no se reducen a un pueblo, una raza,etc.