miércoles, 25 de diciembre de 2013

                   "Para vivir se ha nacido".

En lo humano, empezamos a morir en el mismo día en que nacimos. Porque sólo muere lo que un día empezó a vivir.  Pero Dios, que es un Dios de la vida, sigue creyendo  que nosotros podemos y debemos valorar la vida que él nos da, y por eso no tuvo reparos en darnos a su Hijo como salvador. Como solemos  decir, a grandes males, grandes remedios. Si nosotros apostamos a morir, Dios  apuesta a la vida, si nosotros le hacemos al odio y a todo clase se males que afean la vida; Dios  sigue buscando lo mejor de nosotros, lo bueno y positivo  aún tenemos en las reservas de nuestro corazón. Dios sabe de que  madera estamos hechos, como una buena madre, que si bien  su hijo puede llegar a ser  el más ruin de los mortales, ella sigue creyendo en él; pues ella sabe a quien engendró, a que inocente niño cargó en brazos y amamantó.