Por el tiempo vivido entre y con los campesinos; alguna vez he tenido la tentación de pensar; de que esa opción preferencial de trabajar por los pobres se nos ha ocurrido a unos cuantos chalados que estamos mal de la cabeza, más no del corazón.
Más esto no es cierto; pues, esto mismo, ya lo hizo Dios, al encarnarse en nuestra propia humanidad, hace más de dos mil años.
La opción de Dios de un modo preferencial por los pobres, no es un hecho fortuito y antojadizo, sino una manera visible de mostrar su amor por nosotros.
Jesucristo el Hijo de Dios al venir a encarnarse y asumir nuestra humanidad, no viene sólo a querer sacarnos del arrabal,(pobreza) para llevarnos un lugar de mayor comodidad, o privilegios. Su misión primera es: sacar el arrabal(miseria, pecado) que llevamos dentro, para hacernos realmente libres.