jueves, 22 de enero de 2015


                      " VIVENCIAS QUE JAMAS SE OLVIDAN"


El tenía 6 años, ella apenas cuatro. Apenas veían entrar a su padre por la puerta de la cocina, se abalanzaban  sobre sobre él para que los tomara en sus brazos y les hiciera jugar el caballito, un juego que  se lo  inventó el padre  para sus pequeños y consistía en sentarse él sobre una silla y hacer que los niños se sentaran sobre cada una de sus rodillas y el empezaba a mover las mismas simulando ser un caballito para los pequeños.

El  padre, un trabajador de una mina, venía con olor de  verdad a caballo, la ropa y    su rostro eran de un color negro oscuro; nada de ello impedía que los niños se acercaran  a penas lo veían llegar. La madre se esforzaba en  hacer esperar a los niños para que el padre se  aseara al menos un poco para que los pueda abrazar y estrechar en sus brazos, les decía que papá venía cansado y  que no lo molestaran.  No,  el cansancio no va impedir  querer  y abrazar a mis niños, decía el tierno y amoroso papá.

Pasaron los años y el ya anciano, una tarde ese niño de entonces, ahora ya un joven,  dice a sus hermanos menores: papá puede haber tenido muchos errores  y tantos defectos en la vida; pero hay una virtud en él  que jamás debemos olvidar. Su ternura como nos amó desde niños y con los ojos llorosos  se animó a contarles esos primeros años de su infancia sobre las rodillas  de su padre jugando al "caballito"                 

viernes, 16 de enero de 2015

                    "NUESTROS PRIMEROS AÑOS"

La vida nuestra de nosotros los humanos, es igual a la de todos los seres vivos. Toda vida en sus primeros días o momentos, meses o años, siempre necesitará  de la protección y el cuidado de un adulto, alguien de la prole que garantice que esa vida llegará a cumplir su ciclo de vida: Nacer, crecer, reproducirse y morir.  

De todos los seres vivos;  los humanos, somos los seres más indefensos y limitados en nuestros primeros días. Necesitamos casi o más de un año para caminar, a los 6 meses empezamos a comer papilla, al año y más empezamos a hablar, a los seis años, empezamos a tener conciencia de lo que hacemos.

Por tanto, somos los humanos, los que más cuidado necesitamos de nuestros padres,  o de las personas responsables que cuidan de nosotros. Los primeros  años, es el tiempo de la siembra en la vida de los humanos. Si sembramos amor, cariño  y respeto en los niños, eso mismo se va a cosechar; pues lo que se siembra se cosecha.

Si por el contrario, en el corazón de un niño, siembras, odio, resentimiento, miedo, lo que  se ha de cosechar, será una persona con un autoestima tan baja y muchos sentimientos negativos en su corazón.

Costará mucho esfuerzo y trabajo, tratar de revertir  esta triste realidad de aquellas personas que han crecido marcadas, por la falta de cariño, afecto y amor; aunque desde fe, todo es posible para el que cree           

              


domingo, 11 de enero de 2015

               "  EL AMANECER......"


Cada amanecer, al igual que la puesta del sol, son irrepetibles; cada día su propia preocupación nos diría el Señor... Siendo distintos los días, con sus tardes y sus noches, cuando vamos un tanto cansados de vivir, los días, las semanas, los meses y hasta los años; nos resultan vacíos, una suma de cosas previsibles y rutinarias.

Cuando no valoramos la vida como el regalo más grande  que Dios nos ha dado; ella nos resulta, tediosa y aburrida. Valorar la vida, es vivirla y beberla  a sorbos, como el peregrino que en medio del desierto, va consumiendo de a pocos la pequeña porción  de agua que le queda por beber.       

miércoles, 7 de enero de 2015

                         " COMO LOS MAGOS  DE ORIENTE"

 Al igual  que  los magos de oriente, todos en la vida hemos recibido un signo(una estrella), una señal a través de la cual Dios mismo nos ha invitado a ir hacia él, para adorarle  y reconocerle como Dios. No importa la raza, la condición social, ni nacionalidad, por último ni la religión; por que al igual que aquellos hombres, ajenos   al Dios de los judíos; sin embargo Dios los llama, porque los ama, y para Dios no hay barreras de ninguna clase.

Y como los sabios   de Oriente, al encontrase con Jesús, son capaces de volver por otro camino. Dios, al empezar el año, nos invita a ir al encuentro suyo; y si necesario desandar lo avanzado; no importa; pues lo importe es avanzar, aunque algunas veces, hay que retroceder, para que al final retomemos nuevos impulsos