¡Que viva Cristo resucitado!
Con tu gloriosa resurrección venciste a la muerte; desde entonces la vida tiene otro sentido. Vale la pena vivir siguiendo tus huellas es decir dando la vida, por ti y por los hermanos y en cosas pequeñas y cotidianas.
Tu te escondes en lo pequeño y en el silencio. Apenas atisbas tu mirada en el sol, y mira como todo se alegra a tu paso.
Y es que la vida lo irradia todo, tu resurrección a la oscuridad la vuelve luz, la tristeza es hecha trizas por la alegría del nuevo amanecer de tu resurrección. y cómo no gritar: ¡Qué viva el resucitado!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario