jueves, 2 de abril de 2015

                                

                         Gracias siempre gracias........

No hay palabras para poder agradecerle a Dios el inmenso regalo de la vocación a la que Él me llamó: Ser sacerdote suyo, que en su nombre le haga presente en la Eucaristía, que pueda transformar el pan   y el vino en su cuerpo y su sangre; que haga presente su amor, su misericordia y su perdón  en el sacramento de la confesión.  Todo es pura gracia, todo es  don; algo que hombre alguno no lo merece.

Concluyo como empecé,    dando gracias y siempre gracias   
  

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