" Sobre el del batán"
Allí están tendidos sobre el batán, los granos blancos del maíz a la espera de ser triturados por el batán y el chungo. Tus manos callosas y suaves a la vez; aun sabiendo que al maíz lo triturabas, lo hacías con tal ternura que el dolor parecía una caricia.
Y es que así eras madre. Por más grande que era tu enojo o tu corrección, si nos causaba dolor o fastidio al inicio; al instante sabíamos que eso era lo mejor para nosotros.
Como el maíz no podía convertirse en sabrosas humitas o dulces tortillas sin ser triturados; así los hijos, cómo podrían llegar a ser hombres y mujeres de bien sin que haya sabios consejos y correcciones precisas por parte de los padres y en el momento que sea necesario.
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