" SOY CAMINANTE, SOY PEREGRINO".
Soy caminante, soy peregrino, / tomo el camino me voy de aquí/ no llores madre, madre querida/ que mi destino es andar así.
Este era el estribillo de una canción del folcklor de Ecuador que escuchaba de niño y que más de una tambíen la entonaba, mientras iba por los caminos de ese verde valle que me vío nacer. Y así me sentido a lo largo de mi vida, un caminante y peregrino a la vez. Esto me ha llevado a pensar y concluir que alguna vez ya estuve en la eternidad de Dios, pero no siempre estuve en la tierra ; como tampoco estaré aquí para siempre. Por más que me empeñe en prolongar mis días sobre sobre este hermoso planeta, eso no será posible; pues un día menos pensado me tocará partir o volver a la eternidad de Dios de donde procedo.
La certeza de saberme un caminante y un peregrino me ayuda a vivir e ir por la vida ligero de equipaje. Me hace caer en cuenta que lo único que he de llevarme es lo que podido dar, transmitir, o darme a mi mismo, más no lo que he podido acumular, o lo que creía que me pertenece.
Lo único que se ira conmigo es todo aquello que haya podido ser y hacer por mi mismo, por mi prójimo y porque este mundo que nos cobija sea más hermoso de lo que ya es; este mundo que nosotros los humanos con nuestras acciones, más que esforzarnos por hacerlo más bello, lo tratamos con despreció; y lo hacemos menos habitable.
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