miércoles, 19 de junio de 2013

          " SOY CAMINANTE, SOY PEREGRINO".


 Soy caminante, soy peregrino, / tomo el camino me voy de aquí/ no llores madre, madre querida/ que mi destino es andar así.

Este era el estribillo de una canción del folcklor de Ecuador que escuchaba de niño y que más de una tambíen la entonaba, mientras iba por los caminos de ese verde valle que me vío nacer. Y así me sentido a lo largo de mi vida, un caminante y peregrino a la vez. Esto me ha llevado a pensar y concluir   que alguna vez ya estuve en la eternidad de Dios, pero no siempre estuve en la tierra ;  como tampoco estaré aquí para siempre.  Por más que me empeñe en prolongar mis días sobre sobre este hermoso planeta, eso no será posible; pues un día menos pensado me tocará partir o volver a la eternidad de Dios de donde procedo.

 

La certeza de saberme un caminante y un peregrino me ayuda a vivir e ir por la vida ligero de equipaje. Me hace caer en cuenta que lo único que he de llevarme es lo que podido dar, transmitir, o darme a mi mismo,  más no lo que he podido acumular, o lo que creía que me pertenece.

 

Lo único que se ira conmigo es  todo aquello  que haya podido ser y hacer  por mi mismo, por mi prójimo y  porque este mundo que nos cobija sea  más hermoso de lo que ya es;  este mundo que nosotros los humanos con nuestras acciones,  más que esforzarnos por hacerlo más bello,  lo tratamos con despreció; y lo hacemos  menos  habitable.

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