sábado, 25 de junio de 2016

EL ABRIGO

Si mi cuerpo aterido de frío, busca tu abrigo Señor/ abriga primero el rincón más íntimo de mi corazón.

Si a mi sangre le falta del rojo su color, no tardes en venir; que si tu me faltas, me muero Señor. 

Es invierno, el frío arrecia por todas partes, con mayor crudeza en los andes más elevados  del Perú.  Por ser un suceso que se repite todos los años por está época; quizás ya no nos llama la atención. 

Eso es lo peor que nos pueda suceder como país; dejar que se enfríe, no el cuerpo, sino el alma, el corazón de los peruanos. 

Frío nuestro corazón, nos importará poco o nada el dolor y el sufrimiento de los demás.   Ya no habrá lugar en nosotros para solidaridad y la ayuda a los demás.

Lo peor de todo, es que nosotros,  habremos muerto  por inanición en el corazón,  antes de los que mueren por falta de abrigo y calor.   

Porque un corazón que no ama, es un corazón muerto en vida; un corazón que se negó a vivir  y  renunció a ser feliz                         

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